¿Que fue la crisis del cuarzo?

La crisis del cuarzo fue el resultado de un error de cálculo. Entre 1970 y 1983, las empresas relojeras suizas pasaron de 1.600 a 600 y el empleo pasó de 90.000 a sólo 28.000 puestos de trabajo. Los talleres más pequeños y las empresas familiares tuvieron que declararse en bancarrota por docenas.

Las consecuencias a largo plazo de la crisis del cuarzo son evidentes por el hecho de que los movimientos de cuarzo ya están establecidos y fabricantes como Breitling, Omega y TAG Heuer también ofrecen modelos y colecciones seleccionadas de cuarzo. Los relojes de cuarzo se han convertido en una línea de negocio independiente que funciona junto con los relojes mecánicos.

Grand Seiko, la rama de Seiko para relojes de alta gama como el 9F, presentó un movimiento hecho a mano en 1993 con la mejor combinación hasta la fecha de un motor de cuarzo y un movimiento mecánico. La fecha cambió exactamente con el segundo y las manecillas se extendieron hasta el borde de la esfera, lo que antes no era posible. Una rueda de precisión también le permitió contrarrestar factores externos como la temperatura.

Mientras que Thomke y Hayek dieron la bienvenida al movimiento del cuarzo, sus ideas fueron recibidas con cierta resistencia por parte de algunos departamentos de gestión. En 1983, Jean-Claude Biver, un defensor de los relojes mecánicos, compró los derechos del nombre Blancpain a Omega y revivió la marca apoyándose exclusivamente en los movimientos mecánicos. Aunque la mayor parte del mercado se centró en los movimientos de cuarzo, Biver se dio cuenta de que había una base de clientes leales que seguirían pagando precios más altos por los relojes mecánicos de época. Esto inspiró a marcas como Patek Philippe, Rolex, Cartier, Vacheron Constantin y Audemars Piguet a seguir el ejemplo y confiar también en los movimientos mecánicos. Esta revolución mecánica condujo a un boom vintage y formó la base del mercado actual de relojes de lujo.


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