Girard-Perregaux

 Llevamos más de 230 años jugando con las formas y los materiales. Esto se hace evidente, por ejemplo, en las distintas iteraciones de nuestra icónica colección Bridges, que ha aportado al mundo de la relojería piezas como el clásico Esmeralda, el hipermoderno Quasar o, más recientemente, el complejo diseño aéreo de nuestro Tourbillon con tres puentes volantes. Todas estas innovaciones cuentan con algún elemento disruptivo que ha supuesto una revolución para la relojería.

La Manufactura también es célebre por su carácter inquieto y su ligereza, que impregna todo lo que hacemos. Esto incluye algunas interpretaciones más abstractas de nuestro espíritu, como la reciente colaboración con el artista Yaman «Yamsonite» Okur. Las similitudes entre el bailarín y la Manufactura van más allá: ambos son «diseñadores de movimiento», aunque operan en territorios expresivos completamente opuestos.

Movimiento a través de la Manufactura
En el último vídeo creado en colaboración con Girard-Perregaux, acompañamos al «diseñador de movimiento» Yam Sonite en un tour acrobático que da comienzo en nuestra villa y atraviesa nuestros ateliers, siempre narrando la historia de la Manufactura mediante el lenguaje de la danza.




Cuando Constant Girard Y Marie Perregaux se casaron en 1854, su enlace supuso algo más que la unión de dos familias relojeras suizas en La Chaux-de-Fonds. Crearon un atelier de inmediato, en 1856, que se situó a la vanguardia de la innovación relojera, un taller que establecería atrevidos estándares nuevos para los relojeros de todo el mundo, iniciando una tradición que sigue vigente en la actualidad. Y aún restaba otra unión en nuestra épica saga. En 1906, Girard-Perregaux adquirió la Casa de Jean-François Bautte de Ginebra. Por eso nuestras raíces se remontan al primer lanzamiento de Bautte en 1791, que incluía diseños con la belleza del tiempo aprisionada en cajas extremadamente finas y decoradas con piedras preciosas.

Los diseños de Bautte cautivaron —de la Reina Victoria de Inglaterra al escritor francés Alejandro Dumas, de los emperadores chinos al maharajá de la India— la imaginación de la realeza y la aristocracia de todo el mundo. Estos prestigiosos clientes, a raíz de la unión de ambas empresas, se dirigieron entonces a Girard-Perregaux en busca de los relojes de sus sueños. Girard-Perregaux no se limitó a los esmaltes, las perlas y las piedras preciosas de Bautte, sino que se atrevió a convertir los elementos técnicos de los relojes en auténticas piezas de arte. La fusión reunió dos siglos de excelencia en Alta Relojería y mostró el genuino valor del tiempo hermanando estética y funcionalidad. Una tradición que ha seguido manteniéndose hasta la actualidad desde nuestra Manufactura en La Chaux-de-Fonds.





Nuestra Manufactura de La Chaux-de-Fonds, rodeada por las montañas del Jura, es el corazón de Girard-Perregaux. Una ciudad Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO gracias a su excelencia en relojería.

Girard-Perregaux es uno de los pocos relojeros que mantienen en Suiza la condición de Manufactura desde hace más de doscientos años, gracias al dominio interno de todas las técnicas relojeras necesarias. Nuestra Manufactura es motivo de orgullo y admiración, tanto por nuestra tradición como por el trabajo de nuestros maestros relojeros. Los increíbles paisajes, la elegante arquitectura y la larga historia de la región son siempre una fuente de inspiración para todos nosotros.






Desde nuestra fundación hemos dado un giro —literal— al mundo de los puentes para revelar la vertiente más artística de la ingeniería de precisión. Nuestro Tourbillon «con tres Puentes de oro» transformó los puentes en la década de 1860 de tal forma que pasaron de ser un simple elemento técnico a convertirse en una parte visible e integral del reloj, toda una novedad en el mundo de la relojería. Constant Escapement L.M., presentado como primer prototipo en 2008 y manufacturado a partir de 2013, es otra revolución técnica de Girard-Perregaux perteneciente a la colección Bridges. Un mecanismo concebido para resolver un problema presente en nuestro oficio durante más de cinco siglos: el de la fuerza constante. El reloj recibió el galardón «Aguja de oro» en el Gran Premio de Relojería de Ginebra.




En 1975, Girard-Perregaux fue una de las primeras empresas en ofrecer un elegante modelo deportivo equipado con bisel octogonal y pulsera de acero integrada. El diseño del Laureato es conocido desde entonces por su encantador juego de líneas rectas y curvas y su mezcla de superficies pulidas y satinadas. Un modelo deportivo y chic que, sin embargo, también puede completar atuendos más formales. Gracias a esta extraordinaria versatilidad, el reloj ha acabado por convertirse en todo un icono. Para celebrar nuestro bicentenario, en 1991 presentamos una versión del Tourbillon con tres Puentes de oro miniaturizado a tamaño reloj de pulsera. Y en 2016, con el propósito de reinventar nuestros iconos, lanzamos el sublime reloj de Alta Relojería La Esmeralda Tourbillon, como homenaje a nuestro cronómetro de bolsillo original del siglo XIX.

En 1889, el modelo La Esmeralda Tourbillon recibió una medalla de oro en la Exposición Universal de París. Y ahora, el Tourbillon que rediseñamos en 2016 para enmarcar nuestro 225.º aniversario vuelve a convertirse en un icono para todo el mundo de la relojería, más allá de las marcas y las épocas. Nuestra tradición de aunar maestría técnica con diseño icónico ha continuado este mismo año, en el que hemos presentado el Free Bridge, un reloj que trasciende los límites del diseño y de la innovación con sus «puentes aéreos» y con un movimiento escultural dotado de un escape de silicio de alta tecnología.

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