Blancpain

Medir y marcar el paso del tiempo es algo puramente humano. Desde que nuestros ancestros reconocieran la extensión y acortamiento de las sombras a lo largo del día, hemos tratado de cuantificar el paso de un momento a otro. Vastos círculos de piedras, izados en un lugar determinado para marcar los solsticios y equinoccios del año, dieron paso a los primeros y rudimentarios relojes de vela. A los relojes de sol de varios tamaños, formas y precisión le sucedieron los péndulos, que evolucionarían eventualmente a los relojes mecánicos, relojes de cuarzo y las pantallas digitales de hoy día.

Desde 1735, la compañía de relojes Blancpain ha dedicado su tiempo y esfuerzo a la elaboración de piezas de relojería que alcanzan las más altas cotas de excelencia y, como la firma de relojes con mayor antigüedad del mundo, prosigue en su afán de captar la imaginación de los coleccionistas de relojes por todo el planeta. A lo largo de más de dos siglos de vida, Blancpain ha demostrado que la innovación y la tradición pueden ir de la mano, con unos resultados que han definido —y redefinido— la industria relojera como tal. Siempre comprometidos con la producción artesanal a mano, personalizada y ejemplar, Blancpain no ha fabricado jamás una pieza de relojería digital o de cuarzo. Pese a ello o quizás gracias a ello, la firma ha permanecido en la vanguardia constante en el mundo de la relojería, estableciendo los estándares de otras tantas firmas que han de venir.
Los orígenes de Blancpain fueron modestos por naturaleza. El fundador de la compañía, Jehan-Jacques Blancpain, era un profesor de escuela perteneciente a una familia de granjeros de la localidad suiza de Villeret cuyos gustos eclécticos le llevaron a una completa fascinación por la relojería. A principios del siglo XVIII, convirtió el piso superior de su granja en un taller de relojería, y empezó a fabricar relojes mecánicos con el bramar y el relinchar de caballos, vacas y todo tipo de ganado como banda sonora.

En 1735, Jehan-Jacques Blancpain se registró como relojero en el registro oficial de Villeret, hito que se asocia con el nacimiento de la firma. Con la ayuda de su mujer y de su hijo Isaac, Jehan-Jacques comenzó a producir relojes para compradores locales y comerciantes ambulantes, iniciando así una trayectoria que continuaría durante generaciones. Resulta dramático que apenas hayan sobrevivido al tiempo unas pocas piezas, debido en parte a que la familia Blancpain no registró originalmente sus creaciones con el nombre de la firma.

Desde aquellos primeros días en los que los componentes de relojes de bolsillo convivían con fardos de paja y herramientas, hasta llegar a la reputación impecable de la que goza la firma hoy día, Blancpain ha demostrado ser pionera en el sentido más fiel de la palabra, combinando constantemente lo clásico con lo vanguardista. Solo hace falta observar piezas de colecciones como la Villeret, que muestra arraigo hacia la
haute horlogerie, yuxtapuesta a una estética y técnica actual, para ver cómo estos principios cobran vida.

Blancpain es una compañía fundada sobre los principios de pasión, artesanía y visión de futuro. En ellos encontró Jehan-Jacques Blancpain los cimientos perfectos para dar lugar a las innovaciones e invenciones en relojería más relevantes que esta industria haya


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